El tratamiento farmacológico es la
principal y más eficiente intervención, siendo los fármacos antipsicóticos el
tratamiento de elección, ya que son seguros y eficaces. Aún así, los
neurolépticos son equivalentes en eficacia.
Es importante tener en cuenta que el
tratamiento farmacológico debe incluir un abordaje integral: pauta
farmacológica, con un adecuado cumplimiento terapéutico, intervenciones
psicológicas y rehabilitación psicosocial.
Su eficacia debe centrarse en dos puntos:
1. Remisión de los síntomas psicóticos
durante la fase aguda, y
2. Prevención de nuevas recaídas
Entre los fármacos antipsicóticos podemos
distinguir los neurolépticos o antipsicóticos clásicos que actúan sobre la
dopamina y los antipsicóticos atípicos que actúan sobre la serotonina o el
glutamato., suponiendo una mayor eficacia sobre los síntomas negativos y
cognitivos.
Es importante saber que los nuevos
antipsicóticos inducen aumento de peso, predisposición a la diabetes y pueden
además producir una disminución de las células defensoras de infecciones, por
lo que es conveniente hacer controles de sangre frecuentemente. Es importante
tratar de corregir estos efectos secundarios (los anteriormente mencionados son
los menos corregibles mediante fármacos) haciendo un ajuste de la dosis,
añadiendo si es necesario un fármaco anticolinérgico y en última instancia
sustituyendo el antipsicótico.
Entre los fármacos más utilizados hoy en
día, con menores efectos secundarios, podemos mencionar: la risperidona, la
olanzapina, quietiapina y clozapina, entre otros.
La falta de adherencia al tratamiento y
su abandono, es un factor vital que puede traer repercusiones muy graves al
paciente. La inyección intramuscular es una forma de asegurar el cumplimiento
del mismo.
Además de los fármacos, la terapia electroconvulsiva
ha demostrado eficacia en cuadros agudos y en pacientes que presentan rasgos
afectivos.
Con respecto a la intervención
psicosocial, esta debe ser multimodal incluyendo intervenciones de carácter
psicosocial, como programas de psicoeducación individual y familiar, programas
de rehabilitación social, educacional y laboral, entrenamiento en habilidades
sociales, psicoterapias grupales, familiares o individuales, entre otros.
Así mismo, es muy importante la psicoeducación
del paciente y la inclusión de la familia en el proceso terapéutico. Estos
influyen determinantemente sobre la evolución del paciente. No debemos olvidar
lo que Brown define como Expresividad Emocional, en la familia.
Como mencionamos anteriormente, el
abordaje terapéutico debe ser multidisciplinar, combinando la medicación con las
formas de atención psicosocial mencionadas anteriormente.
-Esquizofrenia: Bases Genéticas y Biológicas
-Esquizofrenia: Diagnóstico
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